Surgiendo de las entrañas de la tierra, justo al margen del curso del río Cidacos, encontramos las pozas termales de Arnedillo.
Este regalo de la naturaleza con abundantes manantiales de aguas termales, acondicionado hace unos años por el Ayuntamiento de Arnedillo, nos permite disfrutar de manera totalmente gratuita de relajantes baños en agua caliente, que emerge de las profundidades a una temperatura de 40°C y con un caudal de 1l/s.
Popularmente se conoce el lugar como "Las Pozas" o también "la fuente de los pobres" ya que, al otro lado del río al fondo, a poco más de 150m, se encuentra el famoso Balneario de Arnedillo (supuestamente "de los ricos"), ya conocido y explotado por los romanos, por donde transcurría la vía romana que unía Calagurris con Numantia.
El agua emerge aquí a unos 7m por encima del nivel del río y a tan sólo 10m de su cauce, a una temperatura de 52,5°C y un caudal de algo más de 1l/s. De las bondades del Balneario, de sus aguas y sus lodos, de la atención personal, de la calidad del alojamiento, del lugar tranquilo, de las rutas naturalísticas, del observatorio de aves, etc. pueden hablar los miles de personas de toda la geografía española, País Vasco y Navarra a la cabeza, seguidos de Zaragoza, Madrid, Barcelona y un largo etcétera, que frecuentan el lugar una y otra vez.
Para llegar a las pozas desde Las Pedrolas, andamos 500m dirección oeste siguiendo el paseo de la Senda del Agua Termal, un recorrido interpretativo que nos ayudará a comprender el origen de los manantiales de aguas calientes y del paisaje que nos rodea. Otra alternativa es ir en coche hasta el aparcamiento, también gratuito, de la antigua estación del ferrocarril dirección Balneario.
Casa señorial muy acogedora. La casa, una casa antigua señorial, es muy acogedora, y tuvimos la suerte de ser los únicos huéspedes. Además de la habitación, disfrutamos mucho del salón con chimenea. El dueño fue muy amable y te informa muy bien de todo lo que hay que ver por los alrededores. Sin ser una crítica, se echa en falta que no se sirviera allí el desayuno, sino en un restaurante cercano, propiedad también del dueño del hotel. Sí debo añadir que el desayuno era estupendo.