Sumérgete en una experiencia única que combina la tradición, la enología y la ruralidad en un entorno mágico.
En la pintoresca localidad de Arnedillo, te invitamos a descubrir una joya oculta, la Bodega-Calado Las Pedrolas; una bodega con calado de carácter tradicional y familiar que ofrece mucho más que una simple visita de turismo enológico. Aquí, en este rincón cargado de historia y tradición, convertimos cada experiencia en una aventura de etnoturismo.
En nuestra Bodega-Calado Las Pedrolas, no solo encontrarás vinos excepcionales, sino que también te adentrarás en la cultura etnográfica y enológica de la región. Nuestro objetivo es que los visitantes experimenten la economía doméstica del vino a través de una bodega familiar, explorando su historia y las arraigadas tradiciones de la zona. Sumérgete en un viaje lleno de tradición, etnografía, enología y ruralidad.
Desde los orígenes de nuestro sitio hasta la cosecha de 2023, te invitamos a descubrir la fascinante historia que hay detrás de cada botella de vino. Explora los secretos de la elaboración tradicional del vino en el valle del Alto Cidacos y déjate cautivar por la pasión que dedicamos a cada paso del proceso.
Nuestra bodega ofrece una experiencia etnoturística única en su estilo, ya que es la única bodega tradicional visitable en el valle del Alto Cidacos.
Descubre el encanto de la elaboración del vino de manera tradicional, sumergiéndote en cada detalle de nuestro legado vinícola.
Ven y únete a nosotros en esta aventura única donde cada copa de vino cuenta una historia y cada experiencia te sumerge en la esencia misma del Valle del Alto Cidacos.
Consulta éste PDF y te esperamos para compartir contigo nuestra pasión por el vino, la tradición y la cultura de esta maravillosa región:
Casa señorial muy acogedora. La casa, una casa antigua señorial, es muy acogedora, y tuvimos la suerte de ser los únicos huéspedes. Además de la habitación, disfrutamos mucho del salón con chimenea. El dueño fue muy amable y te informa muy bien de todo lo que hay que ver por los alrededores. Sin ser una crítica, se echa en falta que no se sirviera allí el desayuno, sino en un restaurante cercano, propiedad también del dueño del hotel. Sí debo añadir que el desayuno era estupendo.