El Monasterio de Vico, emplazado en un entorno pintoresco junto al río Cidacos y su vega, es un testimonio vivo de la historia local en la Edad Media.
Su origen se remonta a los anacoretas visigodos que habitaban las cuevas de la región, y la leyenda narra el descubrimiento de una imagen de la Virgen en el año 1045 por el Kan de Vico, marcando así el inicio de su legado religioso.
En 1465, Fray López de Salinas fundó un convento franciscano en este sitio, bajo el patrocinio de los Fernández de Velasco, señores de Arnedo. A pesar de enfrentar desafíos como incendios y la desamortización, el monasterio ha sido restaurado y preserva su arquitectura gótica y barroca, incluyendo la cueva-iglesia y la talla románica de la Virgen de Vico.
En la actualidad, el monasterio es hogar de la comunidad de monjas cistercienses de Trapa, quienes han convertido el antiguo seminario en una abadía y han añadido una moderna hospedería monacal. Los visitantes pueden explorar la Antigua Iglesia barroca y su cripta, restauradas en 2017, así como una muestra de arte sacro en la antigua sacristía.
El Monasterio de Vico también es conocido por su repostería artesanal, una tradición que las monjas continúan con esmero. Sus dulces, reconocidos con la "Calificación de Artesano" por el Gobierno de La Rioja, son un deleite para los sentidos y evocan sabores ancestrales.
Además de la riqueza histórica y espiritual del monasterio, los visitantes pueden disfrutar del entorno natural circundante. El Sendero del Monte de Vico ofrece una experiencia de senderismo de menos de 2 horas a través de un pinar de pino piñonero, a los pies de Peña Isasa, con paradas en antiguos bancales, fuentes naturales, antiguo acueducto que en tiempos surtía de agua al monasterio y otras ruinas históricas como la ermita de San Marcos. Desde lo alto del sendero, se pueden disfrutar de impresionantes vistas panorámicas de todo el valle del Cidacos.
El Monasterio de Vico y el Pinar de Vico son destinos que combinan historia, espiritualidad y naturaleza, ofreciendo una experiencia enriquecedora para aquellos que buscan sumergirse en la belleza y la tranquilidad de la vida monástica y el paisaje natural.
Te dejamos aquí el folleto en PDF:
Un finde Rural muy tranquilo!. Me gustó mucho la amabilidad que tiene Javier con sus alojados, es muy amable y simpático y te hace sentir como en casa. La habitación era super bonita, acogedora y tranquila. En la planta baja hay un salón con televisión, frigorífico y chimenea, una mesa familiar grande donde se puede comer y terraza para los fumadores.
